Estreno Blog Literario!

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domingo, 25 de julio de 2010


A veces me siento como si caminara sobre el agua. Como si al pisar el suelo se combara bajo mis mies. Con el miedo constante de que al final la superficie cediera bajo esos delicados pasos míos, suaves, atemorizados.
A veces me siento como si no perteneciera a este mundo. Como si cada momento que pasara en él un viento invisible me empujase hacia atrás. Con una presión que me impidiese seguir avanzando hacia un futuro de promesas rotas, pero promesas al fin y al cabo.
Pero hay algo que este mundo no me puede quitar. Hay algo que está a salvo de las presiones de la vida que están empeñadas en retenerme. Mi mente. Eso que está dentro de mi cabeza y que piensa. Eso inmaterial que no puede ser sujetado por muy fuertes que sean unas manos. Y ahí es donde vive mi imaginación.
A veces me siento como si caminase por aguas pantanosas, rodeada de pequeñas hadas que me guían hacia el castillo de una malvada bruja a la cual debo derrotar.
A veces me siento como si la voz de mi amado gritase mi nombre en la distancia. Impidiéndome avanzar hacia un destino incierto de duras batallas.
A veces me siento como si no perteneciera a este mundo, pero no me importa. He creado uno mejor.


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Vaya! Ya tenía ganas de escribir algo de esto. Y yo que pensaba que no iba a ser capaz. Esta mañana no me sentía con fuerzas de escribir nada. Pero lo conseguí.

Ajá. He vuelto a cambiar el estilo del blog. Ahora me siento mejor con él, ya que le he dado algunos toques personales y de trabajo. Este lo dejaré más tiempo.

En fin. Espero que os guste el mini relato de hoy. Y que lo estéis pasando bien en vacaciones (productivas vacaciones).

Un beso

Mandy

lunes, 12 de julio de 2010

Proud




Me alegro tantísimo por él.




Suena el despertador. Hoy había un viaje programado y había que madrugar un poco. Oyes voces en el comedor. Alguien se ha levantado antes que tú. Están viendo la tele con el volumen a tope. Y lo oyes. "Gol de Carles Puyol, Puyol, Puyol". Y sonríes. Recuerdas perfectamente aquel momento en semifinales, tus gritos, tu alegría, los lloros de tu madre. Hoy es el día; el gran día. Esta noche España juega la final del mundial de fútbol, algo que tú ya dabas por hecho meses antes del comienzo.
El día pasa en apenas un suspiro. Tienes a España en la cabeza, pero todavía no estas nerviosa ni nada por el estilo. Intentas hacer actividades no futbolísticas: escribes un rato, vas a la piscina, te quemas por el sol ¬¬ (ahora te fastidias, pero luego días que llevas la roja tatuada), pero al final siempre acabas girando un poco la cabeza hacia el televisor. Hoy lo que toca es fútbol.
Y llega la hora. El árbitro pita el principio del partido. Un nervio desagradable te se ha instalado en el estómago, pero no te importa. A tu alrededor todo el mundo está igual que tú y cada uno lo lleva como puede.
La cosa empieza con exasperación e impotencia. El árbitro es malo malísimo y ves con dolor como un degenerado casi atraviesa el pecho de Xavi Alonso sin más tranquilo que una ruinosa tarjeta amarilla. Más gritos. La gente se levanta, pero nada se puede hacer.
El partido avanza. El juego es bueno. Holanda tampoco estaba muy allá y lo único que sabían hacer era pegar. Una y otra vez algún jugador de España chutaba a portería, pero el dichoso Jobulani no quería entrar.
Al final el nervio va aumentando. Te ha dado por cenar y ahora te está sentando hasta mal. El tiempo se acaba. Se llega a la próloga. Siguen las faltas y sólo las amarillas. Jobulani todavía con su maleficio. Tu hermana no deja de repetir que Paul, el pulpo, dijo que ganábamos. Sí, tal vez, pero tú ya ves los penalties en tu cabeza. Te tiemblan las piernas. Y en ese momento una ocasión. Todo el mundo se medio levanta, la expectación es máxima. Llegan al área. Cesc pasa el balón, chuta ¿quién? ¿Xavi Alonso?, y el balón entra. Es como si hubieran puesto un muelle en la silla a todo el mundo. La gente salta, grita, se abraza con su compañero. A ti te duelen los hombros quemados, pero no te importa. Por fin se ha marcado. Te quedas de pie para ver bien la repetición del gol. Y entonces ves que el gol ha sido ni más ni menos que de Don Andrés Iniesta, el mago del balón. Y te sientes todavía más feliz. Dios mío, Andrés Iniesta.
Casi no te das cuenta de cuando el árbitro pita el final del partido. Pero vuelves a saltar. Y a gritar. La gente se sigue abrazando y se suman también los lloros. A ti te se hincha el pecho de orgullo. En la barra repartes chupitos gratis para todos.




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Siento esta entrada tan futbolística. Pero para mí hoy es un día grande teñido de rojo y soy incapaz de escribir de otra cosa. Soy una enamorada del fútbol desde hace unos años cuando vi la belleza que era Víctor Valdés. Por eso estoy tan mal acostumbrada a ganar y al buen fútbol. xD
Acabo de relatar mi día de ayer con un poco de gusto novelesco (?? xD). No bebía nada, ¿eh? El alcohol asqueroso. Y a pesar de que parece que sufrí mucho también me divertí y la cena tampoco acabó sentandome tan mal xD


Además también he visto Eclipse. Me gustó. Algunos momentos o cuestiones concretas no me acabaron de cuadrar, pero en general creo que han hecho un buen trabajo. Bastante fiel al libro. Se inventan muy poco.
Para los que la habéis visto!!! No os pareció un poco extraño como les rompían la cabeza y esa especie de hielo que les salía de las extremidades arrancadas?

En fin, no me quiero enrollar mucho ni entrar en conceptos interpretativos.
Al finde que viene haré una entrada más universal. Espero. xD

Un besazo!!
Mandy

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